En camino a Riohacha pasaron muchas cosas. Era la primera vez que viajaba tan lejos y que iba a conocer el mar.
Viaje con mi novio, fue nuestro primer viaje juntos, así que estaba un poco más tranquila ya que no era el primer viaje para él ni la primera vez en la ciudad de Riohacha. El me hablo de las costumbres de cada pueblo y cuidad por donde pasábamos, pero a pesar de tantos distractores él tenía una preocupación en el viaje.
Mi novio maneja una tracto mula, viaja por toda Colombia y me pidió que lo acompañara a este viaje, muy contenta al saber a donde era le dije que sí. Pues no conocía la Guajira y me daba mucha curiosidad conocerla ya que oía por las noticias muchas cosas de ella.
Pero como todo no es tan fácil; habían cosas que yo no sabía y que tenía que enterarme y de ahí vienen todas las preocupaciones. El camino es peligroso debido a que hay muchos ladrones al pendiente de lo que se transportaba en la mula, pues era un viaje bastante costoso.
Al mismo tiempo no podía dejar de ver los lugares hermosos del camino, tantos paisajes, miradores, fincas, pueblos de gente adinerada, las deliciosas comidas de cada lugar en donde parábamos, todo era muy bonito.
Teníamos muchos planes al llegar allá, queríamos también ir a Maicao que es una frontera que dirige a Venezuela y donde las cosas eran muy baratas.
También recuerdo que al llegar era una ciudad muy calorosa, de mucho sol pero vi que eso no era no era problema para las personas de esa región pues podía ver cómo era en el transcurso del día ellos se acoplaban a esto. Por el camino me acuerdo haber visto una familia muy grande de guajiros prácticamente eran como 8 mujeres y de resto niños pequeños de brazos y ya grandecitos, donde las mujeres usaban bata larga y algunos niños iban descalzos con ropa muy humilde. Al mismo tiempo se podía ver desde la carretera sus rancherías, así le llaman a sus casas, las cuales quedaban bastante lejos de allí.
Al ver tantos distractores olvide las preocupaciones y me dedique a disfrutar del viaje. Quería llegar rápido a Riohacha pero más que todo quería ir a conocer el mar. Pude ver que su comida más tradicional era el chivo, acompañado de pasteles de chivo y limonada, la verdad no me provoco mucho, así que ni siquiera lo probé.
Ya había llegado la noche y aún no habían acabado de descargar el viaje y yo tenía muchas ansias de bañarme e ir a conocer la playa, pues a toda persona que le preguntaba me decía que era una lugar muy hermoso para visitar, pero pasaban las horas y no terminaban, así que, muy cerca de allí había una cancha de tierra donde habían muchos niños jugando y ya era muy tarde de la noche; me asombre pues en mi ciudad los padres no dejan salir tan tarde a niños tan pequeños a jugar si ellos no es tan presentes, pero pude ver la gran tranquilidad con la que jugaban aquellos niños y me di cuenta que las personas de allí no sienten miedo como las de mi ciudad.
Terminaron de descargar la mula ya muy tarde de la noche, nos fuimos a bañar en el hotel y me cambie para irme para la playa, pues tenía un presentimiento de que tenía que ir allí; así que convencí a mi novio de que me llevara ya que estábamos muy cerca del mar.
Hubo algo que me sorprendió mucho y fue ver tantos adornos, tanta gente, tanto ambiente siendo tan tarde y que prácticamente todos éramos turistas, pues era época de navidad.
El muelle era algo hermoso, era muy largo puedo decir que llegaba casi a la mitad del mar, lleno de luces y de adornos, fue una experiencia muy significativa para mí.
Al día siguiente nos fuimos muy temprano a buscar carga para la mula y así poder regresarnos de nuevo a Cúcuta; gracias a dios no nos costó tanto esfuerzo buscar pues había uno esperando por nosotros el cual nos llevaba obligatoriamente a Maicao. Estábamos muy contentos tanto así que ni desayunamos. Nos fuimos a cargar y dejamos el tráiler en una ranchería y nos fuimos con el cabezote de la mula a tinquear y a traer lo que teníamos planeado comprar allá en Maicao, pero como en la vida siempre tiene que pasar algo; tránsito de carretera nos pidió una requisa y los papeles del vehículo, pero hubo una gran sorpresa el policía nos dijo que nos íbamos a poder seguir, pues que el vehículo tracto camión había salido reportado como un vehículo hurtado ante la ley. Y que esto nos llevaría a la cárcel y quedamos ser reportados inmediatamente ante las autoridades de Riohacha. Yo la verdad no lo podía creer, me parecían mentiras, sentí ganas de llorar pero mi novio muy tranquilamente me dijo que eso se iba a solucionar pues que todo sobre la mula estaba legal y que lo que estaban diciendo era una gran equivocación, yo solo pensé en cómo cambian las cosas de un día a otro, pues, el día anterior todo fue muy bonito y ese día empezaba un muy mal día para nosotros.
Tuvimos que devolvernos nuevamente a la ciudad de Riohacha pues ya habíamos avanzado mucho y estábamos prácticamente muy cerca a Maicao pero mi novio muy desconfiado prefirió regresar a Riohacha y hacer todo lo que se tuviera que hacer allá. El policía se fue con nosotros y no paraba de sonreír, pues esto tal vez podría ser un ascenso para el en su carrera, como tampoco paraba de decir cosas como que nos íbamos a tener que quedar allá por muchos días y muy probablemente presos y separados mi novio y yo. Mi novio me noto muy angustiada así que me susurro en mi oído que no le prestara atención que las cosas que estaba diciendo no se iban a cumplir porque él no iba a dejar que eso pasara.
Al llegar la estación sentí un nudo muy feo en mi garganta, como ganas de llorar por lo que estaba pasando en mi primer viaje en ir a conocer el mar, nos quitaron nuestras cosas, nos trataron como si fuéramos unos delincuentes, a mi novio lo encerraron en una celda que olía asqueroso pues, quedaba a lado de los baños los cuales tenían olores muy desagradables. A mí por ser menor me tuvieron aparte, era como el comedor de aquella estación, donde hacía mucha calor y donde pase toda la tarde sola, aburrida y sin ninguna comunicación, ya hasta en un momento me hice la idea de que me tenía quedar allí, en esa ciudad que no conocía en absoluto y lo peor era que iba a estar presa.
Ya habían muchas horas, era tarde y se había ido el sol y a mi novio por fin lo iban a sacar de aquella celda, pues había hablado con un policía para que nos dejara ir a comer algo ya que no habíamos desayunado ni comido nada, así que me dieron permiso de ir a buscar algo, pero ya era muy tarde y almuerzos obviamente ya no iban a vender, ya era muy tarde y además yo no conocía donde pudiesen vender comida así que pregunte a una señora que paso por mi lado y me guio a un lugar donde podía comprar un pollo para nuestro almuerzo, pus era lo único que podía encontrar a esa hora. Me devolví a la estación y mi novio me tiene la noticia de que muy probablemente ya íbamos a salir de ahí y poder ir a descansar al hotel donde habíamos llegado, que solo teníamos que esperar que el fiscal nos atendiera y nos ayudara a encontrar la verdadera razón por el cual tuvimos que parar el viaje. Estaba muy feliz ya que tosa esa pesadilla iba a pasar por fin.
Recuerdo que esperamos mucho tiempo y el fiscal no nos atendía, pensé que teníamos que esperar otro día mas, pero no, el internet se había caído y la página principal de donde podíamos encontrar la verdad no estaba disponible, ese día teníamos mucha mala suerte y empecé a orarle a Dios y pedirle que nos ayudara a solucionar lo que había pasado, que ya saliéramos de todo eso. Y al parecer mis oraciones sirvieron, el fiscal nos dijo que la página había cargado correctamente y que ya por fin íbamos a saber qué pasaba, cuál era el problema. Y resulta que el dueño de la mula tenía una demanda de la mama de uno de sus hijos y esto hacia que todo lo que estuviera a su nombre estuviera a su nombre se bloqueara y aparecerían como hurtados.
Esa fue la mejor noticia ese día pues ya íbamos a poder descansar de todo, pero no fue la mejor noticia para mi novio pues la mula era su trabajo y ahora se iba a quedar allá en Riohacha hasta que el dueño solucionara todo y eso se notaba que iba a llevar mucho tiempo y lo peor era que no teníamos dinero suficiente pues habíamos comprado muchas cosas y los policías nos lo quitaron. Fuimos al hotel y al siguiente día nos regresamos a Cúcuta muy tristes, pues no fue el paseo que nos esperábamos.